Ha sido este agosto un gran viaje, una breve visita pero un valiosísimo regreso a Mumbai. Después de casi 3 años he vuelto a lo que fue mi casa de acogida así como mi familia adoptiva durante tres meses del año 2012, cuando colaboré como voluntario en la residencia infantil de Sisters of Charity of Ste . Anne, que Proinfants financia desde su creación.
Por aquellos tiempos ya fue una experiencia llena de lecciones que luego han ido marcando cada paso que he dado en el camino de la vida. La vuelta quería ser una manera de dar las gracias, a la vez que una visita a gente querida. Sin embargo, ha resultado ser algo más importante: el podernos asegurar que las cosas van bien para aquellos que -sin querer- sobreviven al límite, que la esperanza no se pierde nunca y que la ilusión es algo recuperable dependiente de lo comprometidos que estemos con aquello con lo que creemos.
En la misma visita, pude visitar el proyecto de nuestra contraparte Cheshire Home, de atención a niños y niñas discapacitados, a los que Proinfants apoya. Nuestra amiguita Manasvi es un caso muy especial porque gracias a la operación y cirugía de rehabilitación comienza a caminar a la edad de 3 años, con unos tobillos que nunca habían aguantado el peso de una pluma antes de la operación, hace un mes y medio. Su madre, emocionada, nos explicaba cómo habían cambiado los ánimos de la niña que ahora quería jugar, comer y aprender mientras la pequeñita caminaba de pared a pared en la habitación metro cuadrado. No sabemos si acabará haciendo carreras de fondo o excursiones de montaña, lo que sí sabemos es que esa "casa" se han recuperado 2 sonrisas como mínimo.
|